RETINA – MÁCULA – VÍTREO

foto quirófano
Cabecera_III
EDEMA MACULAR
DMAE
DMAE
Cabecera_III
RETINOPATÍA DIABÉTICA
Cabecera_III
AGUJERO MACULAR
Cabecera_III
DESPRENDIMIENTO DE RETINA
Cabecera_III
TERAPIA GÉNICA

Desprendimiento de retina

¿Qué es el desprendimiento de retina?

La retina es un tejido neurosensorial y transparente que recubre la parte posterior del globo ocular.

Se llama desprendimiento de retina a la separación de la retina de su posición normal. Se considerada una emergencia médica, ya que, si no se trata pronto, puede ocasionar una pérdida permanente de la visión.

¿A quién puede afectar?

Puede sucederles a personas de todas las edades, si bien hay determinados factores considerados de riesgo, como, por ejemplo: miopía elevada; cirugías intraoculares previas; traumatismos oculares, haber tenido un desprendimiento de retina en el otro ojo o antecedentes familiares de desprendimiento de retina.

Causas del desprendimiento de retina

El tipo más común de desprendimiento de retina es el relacionado con un desgarro o rotura de la retina. A través de esta rotura los líquidos del interior del ojo pueden introducirse por debajo de la retina, provocando una separación de la retina de los tejidos subyacentes.

Otro tipo de desprendimiento de retina es el causado por una tracción dentro del ojo, como, por ejemplo, en pacientes con una retinopatía diabética muy avanzada.

¿Cuáles son sus síntomas?

El síntoma más frecuente y característico es la presencia de una “cortina oscura” en el campo de visión. Si se afecta la macula (zona situada en el centro de la retina responsable de la visión “fina y detallada”), se producirá una reducción de la agudeza visual. Si bien la visión de pequeños puntos negros, llamados “moscas volantes” es muy común en los ojos normales, la aparición repentina de múltiples moscas volantes puede sugerir un desprendimiento de retina. Otro síntoma sugestivo de desprendimiento de retina es la aparición de “destellos luminosos”. Por último, el desprendimiento de retina puede debutar como una sombra en la visión periférica (lateral).

Por lo general no hay dolor ni en el ojo ni en su alrededor.

Diagnóstico

Si presenta alguno de los síntomas mencionados anteriormente es fundamental que acuda a su oftalmólogo lo antes posible, ya que el desprendimiento de retina es una urgencia médica. Debe realizarse una exploración oftalmológica que incluya agudeza visual (lejos y cerca), medición de la presión intraocular, estudio de las estructuras de la parte anterior del ojo y el examen del fondo de ojo. En aquellos pacientes que presenten un sangrado intraocular que imposibilite la visualización del fondo de ojo, está indicado un estudio ecográfico.

Tratamiento

La mayoría de las personas con un desprendimiento de retina necesitan una intervención quirúrgica, que debe ser realizada en un plazo breve de tiempo.

Si de diagnostica la presencia de desgarros o roturas en la retina, antes de que se produzca el desprendimiento, puede realizarse un tratamiento con láser para sellar el desgarro (tratamiento con fines profilácticos).

En caso de presentar un desprendimiento de retina “pequeño” (podría decirse limitado), puede realizarse una Retinopexia Neumática (inyección de una burbuja de gas dentro del globo ocular, que aplica la retina para que pueda sanar. Posteriormente, se realiza un tratamiento con láser para sellar el desgarro. El gas se va eliminado de forma paulatina.

Los desprendimientos de retina más graves requieren una intervención quirúrgica que, en la mayoría de los casos se realiza bajo anestesia local y de forma ambulatoria, aunque estas circunstancias pueden variar en función de las características del paciente.

A día de hoy, existen diferentes intervenciones quirúrgicas para el tratamiento del desprendimiento de retina. La técnica más adecuada será determinada por el oftalmólogo especialista en retina. Las más comúnmente utilizadas hoy en día son:

  • Explante escleral: Se sutura una banda de silicona en la esclera, por la parte exterior del globo ocular. Esto presiona levemente el ojo hacia adentro, lo que ayuda a que la retina despegada selle contra la pared ocular. Habitualmente se aplica un tratamiento con frío (crioterapia) para sellar el desgarro retiniano. La banda escleral queda oculta debajo de la conjuntiva y, como norma general, se deja de manera permanente en el ojo. 
  • Vitrectomía: Se retira el humor vítreo (una sustancia transparente, similar a la gelatina, que rellena el globo ocular). El vítreo será reemplazado por una burbuja de aire, gas o aceite de silicona. Tanto el aire como el gas desaparecerán de forma espontánea días o semanas después de la cirugía, dependiendo de cada caso, siendo reemplazado de forma progresiva por el líquido que produce normalmente el ojo (humor acuoso). El aceite de silicona no se reabsorbe de manera espontánea y requiere una intervención posterior (meses más tarde) para su extracción. La utilización de aceite de silicona suele reservarse para los casos más complejos y graves. 

¿Cuál es el pronóstico?

El pronóstico después de un desprendimiento de retina depende de la localización y magnitud del desprendimiento, así como del tratamiento realizado y de su prontitud. Si la mácula no sufrió daño, el pronóstico con tras el tratamiento puede ser excelente.

Sin embargo, como cualquier tipo de cirugía, no está exenta de potenciales complicaciones, como, por ejemplo, aparición de una catarata, una infección ocular, aumento de la presión intraocular o aparición de un sangrado intraocular.

Es importante mencionar que, si bien es posible conseguir que el desprendimiento se resuelva en aproximadamente un 90% de los pacientes, la reparación exitosa de la retina no siempre restaura la visión por completo e, incluso, algunos desprendimientos de retina no se pueden reparar.

Recomendaciones para después de la cirugía

  • Puede sentir algunas molestias (sensación de arenillas) durante unos días o semanas después de la cirugía. Estas molestias irán disminuyendo de manera progresiva.
  • Debe reducir su actividad física tras la cirugía. En función de su evolución, su oftalmólogo le indicará cuando podrá ir retomando las actividades (conducir, hacer ejercicio, etc.).
  • Si se ha colocado una burbuja en el ojo, se deberá mantener la cabeza en una posición específica (será indicada por el oftalmólogo) durante un periodo de tiempo, por ejemplo 1–2 semanas.
  • No es recomendable realizar viajes en avión hasta que la burbuja de gas se haya reabsorbido.
  • La visión debe empezar a mejorar aproximadamente entre cuatro y seis semanas después de la cirugía. La recuperación visual dependerá del daño que el desprendimiento haya causado a las células de la retina.