¿Qué es?
La ambliopía o “ojo vago” es uno de los problemas más comunes de la visión en el niño. Consiste en una disminución de la agudeza visual de origen funcional. La ambliopía sucede porque el cerebro recibe información diferente (dos imágenes distintas) de cada ojo, por lo que el cerebro “desconecta” la información que recibe de uno de los ojos y la visión de ese ojo no se desarrolla de forma normal.
¿Cuáles son las causas de la ambliopía?
Las causas más frecuentes son el estrabismo, defectos refractivos muy importantes y la diferencia de graduación óptica entre un ojo y otro (un ojo enfoca bien, mientras que el otro envía una imagen borrosa que el cerebro anula). Otras causas de ambliopía son la catarata congénita, lesiones en la córnea que afecten al eje visual o presentar una ptosis palpebral (párpado superior caído) que dificulte la visión.
Síntomas
El síntoma principal es una mala visión en uno de los ojos. Si la ambliopía no es producida por un estrabismo, al ser generalmente asintomática, puede pasar desapercibida, tanto para los padres, como para el niño, por lo que es muy importante realizar un control oftalmológico a todos los niños entre los 3-4 años.
En la mayoría de los casos, la ambliopía afecta a un solo ojo (en caso de tener estrabismo, el ojo desviado. Si se trata de un defecto de refracción, el ojo con mayor defecto refractivo). Algunos niños con defectos refractivos muy elevados pueden presentar una ambliopía bilateral, que suele mejorar con el uso de lentes correctoras (gafas).
Tener una disminución de la agudeza visual en un ojo no tiene por qué significar que el niño tiene una ambliopía. En algunos casos, el defecto visual puede corregirse con el uso de lentes correctoras (gafas).
Otros síntomas relacionados con la ambliopía son dolores de cabeza al leer o problemas para ver películas o utilizar dispositivos electrónicos en 3D.
Diagnóstico
Muchos casos son diagnosticados en revisiones rutinarias de pediatría. El diagnóstico se realiza mediante una exploración oftalmológica completa, con especial atención a la agudeza visual, posible presencia de estrabismo, defectos refractivos, evaluación de la visión estereoscópica (3D), exploración del segmento anterior del ojo y fondo de ojo.
Como se ha mencionado anteriormente, no todas las ambliopías se deben a estrabismo y/o defectos refractivos, por lo que es importante descartar otras causas de mala visión como cataratas, inflamaciones o tumores.
Pronóstico
El diagnóstico precoz es fundamental para obtener unos buenos resultados clínicos. Si no se trata de manera precoz y adecuadamente puede dejar un defecto visual permanente. Por ello es importante que todos los niños pasen un control visual entre los 3 y 4 años para prevenir el defecto.
El pronóstico depende del tipo de ambliopía y de la edad de comienzo del tratamiento y de factores individuales.
Tratamiento
El tratamiento de la ambliopía dependerá de su causa. Al inicio, el objetivo del tratamiento es recuperar la máxima visión posible. Posteriormente, es muy importante continuar con un tratamiento de mantenimiento para consolidar la recuperación visual obtenida, hasta por lo menos los 9-10 años de edad, para evitar un empeoramiento de la visión.
Si la ambliopía es debida a un defecto refractivo, el primer paso es corregir dicho defecto. En ocasiones, si no recupera correctamente, puede ser necesario realizar un tratamiento de oclusión (parches).
Los tratamientos más comunes son los parches oculares, los filtros en las gafas o cristales penalizados y las gotas (colirios) oculares. Con ellos se pretende impedir o dificultar la visión del ojo “bueno” (con mejor agudeza visual) y ayudar a estimular la visión del ojo “malo” (con menor agudeza visual). Las horas recomendadas de tratamiento se establecerán de forma individualizada en función de las características de cada caso (edad, causa y grado de defecto visual).
En los casos en los que la ambliopía sea causada por una catarata congénita (presente en el momento del nacimiento) o una ptosis palpebral (párpado superior caído) se valorará la conveniencia y/o necesidad de una intervención quirúrgica.