Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)

¿Qué es Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)?

La degeneración macular asociada a la edad o DMAE es una enfermedad crónica y degenerativa de la retina que afecta a la zona central de la visión (mácula), lo cual dificulta la lectura y la visualización de detalles finos, como, por ejemplo, distinguir los rasgos de la cara de una persona, conducir, marcar un número de teléfono o trabajar con un ordenador.

¿A quién afecta la DMAE?

A nivel mundial, la DMAE constituye una de las principales causas de discapacidad visual irreversible en los países desarrollados. El riesgo de padecer DMAE varía en función de la etnia del paciente, siendo su prevalencia mayor en pacientes caucásicos. En términos generales, su aparición es poco común en personas menores de 50 años. El número de pacientes afectados  aumenta con cada década después de los 50 años y la prevalencia más alta ocurre después de los 80 años, pudiendo llegar a afectar a un 20-30% de los pacientes mayores de 85 años.

Tipos de DMAE

Desde una perspectiva clínica, según la apariencia de la mácula, los pacientes con DMAE pueden clasificarse en DMAE incipiente, intermedia y avanzada.

Existen dos tipos fundamentales de DMAE avanzada.

  • La DMAE atrófica, también llamada seca, ocurre cuando los vasos sanguíneos bajo la mácula adelgazan y se vuelven frágiles. Se forman pequeños depósitos amarillos, llamados engrosamientos localizados. Casi todas las personas con degeneración macular comienzan con la forma seca.
  • La DMAE neovascular o exudativa, también llamada húmeda, ocurre solo en alrededor del 10% de las personas con degeneración macular; sin embargo, su presentación clínica es mucho más agresiva y, por tanto, tiene un mayor impacto en la calidad de vida del paciente. Crecen nuevos vasos anormales y muy frágiles bajo la mácula. Estos vasos dejan escapar sangre y líquido.

¿Cuáles son las causas de la DMAE?

La DMAE es una enfermedad multifactorial, es decir, múltiples factores colaboran en su aparición. Los factores de riesgo de la DMAE pueden clasificarse en términos generales en factores personales o ambientales. La edad es el factor de riesgo demográfico más importante asociado con la DMAE. Otros factores de riesgo relacionados con la DMAE son: Antecedentes familiares de la enfermedad; dieta rica en grasa, dietas pobres en oligonutrientes, sexo femenino, exposición al sol, consumo de alcohol y el tabaquismo. Dentro de estas, el tabaquismo se ha asociado a un riesgo sustancialmente mayor de desarrollar DMAE.

¿Cuáles son sus síntomas?

Es muy importante identificar los síntomas que pueden hacer sospechar de una DMAE. En una persona mayor de 55 años, con una buena agudeza visual previa, los signos alarmantes que pueden hacer sospechar una DMAE son:

  1. Disminución de la agudeza visual, tanto repentina, como progresiva, que no mejora con el uso de lentes correctores.
  2. Defecto del campo visual (se percibe como una mancha oscura o visión muy borrosa) en la región central de la visión .
  3. Diferentes trastornos de la percepción visual, como:
    1. Distorsión de la imagen (metamorfopsia): consiste en percibir las líneas rectas como si fueran onduladas. La metamorfopsia es un síntoma clave en la evaluación de un paciente con DMAE y se pueden reconocer fácilmente utilizando la cuadrícula de Amsler. Puede afectar a un ojo mucho antes que al otro, por lo que es muy importante realizar exploraciones de cada ojo por separado
    2. Alteración en el tamaño de los objetos.
      1. Los objetos se perciben mucho más pequeños de lo que son en realidad (se conoce como micropsia).
      2. Los objetos se perciben mucho más grandes de lo que son en realidad (se conoce como macropsia).
    3. Dificultades en las actividades de la vida diaria (por ejemplo, mirar la televisión, bajar escaleras, coser, trabajar con el ordenador, reconocer a las personas o doblar una esquina).

Metamofopsia:

 

Foto del test de Amsler

¿Cómo se diagnostica?

Aunque, en términos generales, la DMAE afecta a ambos ojos, su presentación puede ser asimétrica, es decir, afecta primero a un ojo y luego al otro. El examen clínico (agudeza visual, fondo de ojo, test de Amsler) suele ser suficiente para establecer un diagnóstico de DMAE, aunque las anomalías maculares sutiles se detectan mejor con la ayuda de pruebas complementarias como:

  1. Tomografía de coherencia óptica (OCT) (Poner foto de OCT)
  2. Autofluorescencia del fondo de ojo .
  3. Angiografía con
    1. Fluoresceína (Poner foto).
    2. Verde de indocianina (Poner foto)

¿Puede prevenirse la DMAE?

Además de someterse a revisiones oftalmológicas periódicas a partir de los 50 años, algunos hábitos dietéticos, como un mayor consumo de frutas y la dieta mediterránea, no fumar o utilizar gafas de sol pueden prevenir la aparición de la DMAE. En personas con antecedentes familiares de la enfermedad, puede recomendarse una prueba genética.

Tratamiento de la DMAE

Un diagnóstico de la enfermedad en fases tempranas es fundamental para evitar una gran pérdida visual, ya que los resultados del tratamiento son mejores cuanto menos avanzada esté la enfermedad.

DMAE atrófica o seca: En la actualidad, el tratamiento de la DMAE atrófica implica principalmente la suplementación preventiva con una dieta rica en vitaminas y oligoelementos y la inhibición potencial de la progresión de la enfermedad. La suplementación con ácidos grasos omega-3 de cadena larga también puede ayudar a prevenir el daño retiniano oxidativo e inflamatorio de la DMAE. En la actualidad se están evaluando diferentes tratamientos farmacológicos experimentales para el tratamiento de este tipo de DMAE.

DMAE exudativa, neovascular o húmeda: El tratamiento más eficaz y el de primera indicación en este momento, es el tratamiento farmacológico con inhibidores del factor de crecimiento del endotelio vascular, que es uno de los factores más importantes involucrados en el desarrollo de la enfermedad. El tratamiento se administra mediante inyecciones intraoculares.

En aquellos pacientes en los que se ha producido un deterioro importante de la agudeza visual, la utilización de ayudas visuales como anteojos de aumento, lupas, telescopios o una buena iluminación y control de brillo pueden ser de ayuda en estos pacientes